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El juicio de la cuarta bestia

Mientras miraba, aparecieron unos tronos
    y el Anciano venerable[a] se sentó en su trono.
Su ropa era blanca como la nieve;
    su cabello era blanco como lana limpia.
Su trono era de fuego,
    y las llamas formaban las ruedas.
10 Un río de llamas
    corría ante él.
Miles le servían,
    millones estaban frente a él.
Parecía un juicio a punto de comenzar,
    y se abrieron los libros.

11 Yo seguía impresionado mirando la boca del cuerno que alababa su gran poder. Mientras tanto mataron a la bestia, la destrozaron y la quemaron.

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Footnotes

  1. 7:9 Anciano venerable Textualmente Anciano de los Días. Esta es una forma de referirse al eterno Dios.